En 12º y 12º BI voy a introducir la literatura de la Guerra Civil como ejemplo de poesía comunicación en la que la calidad se sacrifica en pos de los objetivos de propaganda como ejemplos tengo las siguientes poesías de los sublevados, podemos ver:
Poema "Trincheras del Frente de Madrid"
de Agustin de Foxa
Una línea de tierra nos separa.
Pero estamos tan lejos...
Para llegar hasta vosotros, trenes,
rutas extrañas, playas extranjeras,
y sin embargo, hermanos enemigos
¡que cerca nuestra sangre!, que aclararon
las mismas frutas, que encendieron, roja,
primaveras y labios parecidos.
¿No sentís a la
Patria temblorosa
que por los pies os mete sus metales
amasados de huesos y raíces,
que por el cielo claro, azul y extremo,
trae campanas y el humo de la aldea
donde nacisteis? ¿No sentís a España
que está en el pan y el hierro y la amapola
en la espiga, en la voz y en nuestra carne?
¿No sentís a la
Patria , camaradas,
alegres artesanos madrileños?
Tú, que de niño, fuiste con nosotros
al ritmo de un sencillo pasacalles
delante de la alegre infantería,
bajo balcones de rizadas palmas.
Tú, que estuviste un día al lado mío
en el mismo columpio de verbena.
En la grada dorada de toros,
en las "paradas" de palomas y húsares
en la pradera junto al Manzanares.
Tú, hermano de taller y la tahona,
cerrajero que abriste nuestra puerta,
sereno de las tres de la mañana,
campanero de abril de altos balcones.
Maquinista del tren de mis veranos,
cochero del Retiro y de mis infancia,
guarda del césped, vendedor humilde
de globos y banderas; ¿por qué alzados
lucháis con odio contra mí y los míos,
y en la tarde de abril vais a esconder
como topos siniestros en la tierra?
Cuando ya la victoria da en los trigos
de nuestros campos, y hay un alba intacta
endurecida de clarines de oro
y de frescas canciones juveniles.
"Soneto a José Antonio" (1939)
Si por murallas, pasión nunca sabida,
voces proclaman tu carne como escena,
¿qué tu boca sin sed, de tierra llena,
responde a nuestro amor y enorme vida?
¿Escucharás siquiera la florida
rama de encina, por siglos tan serena,
o el vidrio que derrama en dura pena
peña sufriendo ríos sin medida?
Muerte cegó tus ojos y usó el frío
hierro en tus pies, cadenas destinadas
a privarte del aire y del rocío.
José Antonio, señor, yacen desesperadas,
olvido del invierno y del estío,
las naves mozas por tu canto armadas.
ÁLVARO CUNQUEIRO
Para cumplir con la muerte
silenciosos.
¡Acuérdate de nosotros!
Para hacer que la victoria
sea de todos.
¡Acuérdate de nosotros!
Para llevar a los débiles
sobre el hombro.
¡Acuérdate de nosotros!
Para no ser de los unos
y de los otros
¡Acuérdate de nosotros!
Para que amemos a España
sobre todo.
¡Acuérdate de nosotros!
¡Y para ser en la Patria
la exactitud y el decoro,
para buscar el milagro
con los ojos!
¡Para salvar la esperanza!
José Antonio:
¡Acuérdate de nosotros!
Luis Rosales
O este poema de Federico Urrutia Poema a Franco, este poeta es un ejemplo de lo que produjo la Guerra Civil, su hermano Leopoldo de Luis, padre de mi querido profesor Jorge Urrutia, renunció a su apellido en su literatura, por causas políticas.
En cuanto a literatura a favor de la República os expongo obras de José Bergamín:
EL MULO
MOLA
El hijo de la gran
Mula
por Mola vino a las
malas.
Como no tuvo
soldados,
los hizo con las
sotanas.
De lejos, el traidor
Franco
solo promesas le
manda,
y tomándolo por
Muño
le anuncia tropas
mulatas.
Ya están pidiendo
madrinas
las tropas de las
mejalas.
La media Luna ya
tiene
protección de las
beatas.
¡Cómo curan sus
heridos,
cómo el moro les
regala
sangrientos ramos de
flores
llenos de orejas
cortadas!
En mulas van hacia
Mola
pidiendo e gritos la
paga.
Mola los mueles con
marcos,
ya caducos, de
Alemania.
¡Fiero moro, te
engañaron,
te van a engañar, te
engañan!
De todas partes por
radio
llegan las voces
cascadas
de generales
borrachos
diciendo
botaratadas.
Mientras que contra los
cuentos
que los fascistas
levantan,
las hoces y los
martillos
chocan sus verdades
claras.
Las Milicias van
cantando
su alegría en la
batalla,
victoriosas de la
muerte
que acecha a sus
milicianas;
siempre poniendo los
ojos
en donde ponen las
balas.
Asoma la luz del
día
enfrente de
Guadarrama,
ensangrentando de
albores
las luces de la
esperanza.
Al otro lado del
monte
está la muerte de
España.
EL TRAIDOR
FRANCO
¡Traidor Franco, traidor
Franco,
tu hora será
sonada!
Si tu nombre fuera
Franco,
se te saldría a la
cara,
encendiéndola de
sangre,
si tu sangre fuera
franca.
Tu nombre fuera
vergüenza
si a tu rostro se
asomara,
proclamando por la
sangre
la traición que la
engendraba:
que la sangre has
traicionado
desmintiéndola de
clara.
¡Traidor Franco, traidor
Franco,
tu hora será
sonada!
Como una máscara el
pueblo
te tira el nombre a la
cara,
descubriendo la
traición
que en tu nombre se
amparaba.
Traicionándote de
franco
traidor a tu misma
causa,
fuiste dos veces
traidor:
a tu sangre y a tu
patria,
que a España no se
defiende
con la traición
emboscada,
asesinando a su
pueblo,
que es el alma de su
alma.
¡Traidor Franco, traidor
Franco,
tu hora será
sonada!
Tu nombre es como
bandera
que tu derrota
proclama.
Si la traición
criminal
en ti franqueza se
llama,
tu nombre es hoy la
vergüenza
mayor que ha tenido
España.
Que ni tu nombre es ya
nombre,
ni en tu sangre se
espejeaba;
traidor, hijo de
traidores,
mal nacido de tu
casta:
no eres Franco, no eres
hombre,
no eres hombre, no eres
nada.
Aunque el mejor es, sin duda, Miguel Hernández que escribe en la segunda parte del poema "El herido" este poema:
Para la libertad sangro, lucho, pervivo.
Para la libertad, mis ojos y mis
manos,
como un árbol carnal, generoso y cautivo,
doy a los cirujanos.
Para la libertad siento más corazones
que arenas en mi pecho: dan espumas
mis venas,
y entro en los hospitales, y entro en los algodones
como en
las azucenas.
Para la libertad me desprendo a balazos
de los que han revolcado su
estatua por el lodo.
Y me desprendo a golpes de mis pies, de mis brazos,
de mi casa, de todo.
Porque donde unas cuencas vacías amanezcan,
ella pondrá dos piedras de
futura mirada
y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan
en la
carne talada.
Retoñarán aladas de savia sin otoño
reliquias de mi cuerpo que pierdo en
cada herida.
Porque soy como el árbol talado, que retoño:
porque aún
tengo la vida.
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