lunes, 4 de marzo de 2013

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En 12º y 12º BI voy a introducir la literatura de la Guerra Civil como ejemplo de poesía comunicación en la que  la calidad se sacrifica en pos de los objetivos de propaganda como ejemplos tengo las siguientes poesías de los sublevados, podemos ver:

Poema "Trincheras del Frente de Madrid"
de Agustin de Foxa

Una línea de tierra nos separa.
Pero estamos tan lejos...
Para llegar hasta vosotros, trenes,
rutas extrañas, playas extranjeras,
y sin embargo, hermanos enemigos
¡que cerca nuestra sangre!, que aclararon
las mismas frutas, que encendieron, roja,
primaveras y labios parecidos.

¿No sentís a la Patria temblorosa
que por los pies os mete sus metales
amasados de huesos y raíces,
que por el cielo claro, azul y extremo,
trae campanas y el humo de la aldea
donde nacisteis? ¿No sentís a España
que está en el pan y el hierro y la amapola
en la espiga, en la voz y en nuestra carne?

¿No sentís a la Patria, camaradas,
alegres artesanos madrileños?
Tú, que de niño, fuiste con nosotros
al ritmo de un sencillo pasacalles
delante de la alegre infantería,
bajo balcones de rizadas palmas.

Tú, que estuviste un día al lado mío
en el mismo columpio de verbena.
En la grada dorada de toros,
en las "paradas" de palomas y húsares
en la pradera junto al Manzanares.

Tú, hermano de taller y la tahona,
cerrajero que abriste nuestra puerta,
sereno de las tres de la mañana,
campanero de abril de altos balcones.
Maquinista del tren de mis veranos,
cochero del Retiro y de mis infancia,
guarda del césped, vendedor humilde
de globos y banderas; ¿por qué alzados
lucháis con odio contra mí y los míos,
y en la tarde de abril vais a esconder
como topos siniestros en la tierra?
Cuando ya la victoria da en los trigos
de nuestros campos, y hay un alba intacta
endurecida de clarines de oro
y de frescas canciones juveniles.

"Soneto a José Antonio" (1939)

Si por murallas, pasión nunca sabida,
voces proclaman tu carne como escena,
¿qué tu boca sin sed, de tierra llena,
responde a nuestro amor y enorme vida?
¿Escucharás siquiera la florida
rama de encina, por siglos tan serena,
o el vidrio que derrama en dura pena
peña sufriendo ríos sin medida?
Muerte cegó tus ojos y usó el frío
hierro en tus pies, cadenas destinadas
a privarte del aire y del rocío.
José Antonio, señor, yacen desesperadas,
olvido del invierno y del estío,
las naves mozas por tu canto armadas.
                                ÁLVARO CUNQUEIRO


Para cumplir con la muerte 
silenciosos.
¡Acuérdate de nosotros!

Para hacer que la victoria
sea de todos.
¡Acuérdate de nosotros!


Para llevar a los débiles
sobre el hombro.
¡Acuérdate de nosotros!


Para no ser de los unos
y de los otros
¡Acuérdate de nosotros!


Para que amemos a España
sobre todo.
¡Acuérdate de nosotros!


¡Y para ser en la Patria
la exactitud y el decoro,
para buscar el milagro
con los ojos!


¡Para salvar la esperanza!
José Antonio:
¡Acuérdate de nosotros!

                             Luis Rosales

O este poema de Federico Urrutia Poema a Franco, este poeta es un ejemplo de lo que produjo la Guerra Civil, su hermano Leopoldo de Luis, padre de mi querido profesor Jorge Urrutia, renunció a su apellido en su literatura, por causas políticas.

En cuanto a literatura a favor de la República os expongo obras de José Bergamín:
EL MULO MOLA
El hijo de la gran Mula
por Mola vino a las malas.
Como no tuvo soldados,

los hizo con las sotanas.
De lejos, el traidor Franco
solo promesas le manda,
y tomándolo por Muño
le anuncia tropas mulatas.
Ya están pidiendo madrinas
las tropas de las mejalas.


La media Luna ya tiene
protección de las beatas.
¡Cómo curan sus heridos,
cómo el moro les regala
sangrientos ramos de flores
llenos de orejas cortadas!
En mulas van hacia Mola
pidiendo e gritos la paga.
Mola los mueles con marcos,
ya caducos, de Alemania.
¡Fiero moro, te engañaron,
te van a engañar, te engañan!
De todas partes por radio
llegan las voces cascadas


de generales borrachos
diciendo botaratadas.
Mientras que contra los cuentos
que los fascistas levantan,
las hoces y los martillos
chocan sus verdades claras.
Las Milicias van cantando
su alegría en la batalla,
victoriosas de la muerte
que acecha a sus milicianas;
siempre poniendo los ojos
en donde ponen las balas.
Asoma la luz del día
enfrente de Guadarrama,
ensangrentando de albores
las luces de la esperanza.
Al otro lado del monte
está la muerte de España.


EL TRAIDOR FRANCO
¡Traidor Franco, traidor Franco,
tu hora será sonada!
Si tu nombre fuera Franco,
se te saldría a la cara,
encendiéndola de sangre,
si tu sangre fuera franca.
Tu nombre fuera vergüenza
si a tu rostro se asomara,
proclamando por la sangre
la traición que la engendraba:
que la sangre has traicionado
desmintiéndola de clara.
¡Traidor Franco, traidor Franco,
tu hora será sonada!
Como una máscara el pueblo
te tira el nombre a la cara,

descubriendo la traición
que en tu nombre se amparaba.
Traicionándote de franco
traidor a tu misma causa,
fuiste dos veces traidor:
a tu sangre y a tu patria,
que a España no se defiende
con la traición emboscada,
asesinando a su pueblo,
que es el alma de su alma.
¡Traidor Franco, traidor Franco,
tu hora será sonada!
Tu nombre es como bandera
que tu derrota proclama.
Si la traición criminal


en ti franqueza se llama,
tu nombre es hoy la vergüenza


mayor que ha tenido España.
Que ni tu nombre es ya nombre,


ni en tu sangre se espejeaba;
traidor, hijo de traidores,
mal nacido de tu casta:
no eres Franco, no eres hombre,
no eres hombre, no eres nada.

Aunque el mejor es, sin duda, Miguel Hernández que escribe en la segunda parte del poema "El herido" este poema:

Para la libertad sangro, lucho, pervivo.
Para la libertad, mis ojos y mis manos,
como un árbol carnal, generoso y cautivo,
doy a los cirujanos.
Para la libertad siento más corazones
que arenas en mi pecho: dan espumas mis venas,
y entro en los hospitales, y entro en los algodones
como en las azucenas.
Para la libertad me desprendo a balazos
de los que han revolcado su estatua por el lodo.
Y me desprendo a golpes de mis pies, de mis brazos,
de mi casa, de todo.
Porque donde unas cuencas vacías amanezcan,
ella pondrá dos piedras de futura mirada
y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan
en la carne talada.
Retoñarán aladas de savia sin otoño
reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida.
Porque soy como el árbol talado, que retoño:
porque aún tengo la vida.


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