En 11º para empezar con la poesía barroca nada mejor que acercarnos a ella a través de un artículo de Arturo Pérez Reverte que me gusta especialmente porque me siento muy retratado en él, Cervantes esquina a León y de la pelea que tuvieron Quevedo contra Góngora
Teoría literatura barroca
Más teoría sobre la literatura barroca
Góngora
Príncipe de la luz
Lloraba la niña
La dulce boca
¡Que se nos va la Pascua, mozas!
Mamóla
La más bella niña
textos comentados de Góngora
Soneto a Córdoba
Príncipe de las tinieblas
Soledad primera
"Fábula de Polifemo y Galatea"
o simplemente gran poeta: Mientras por competir con tu cabello
Quevedo
Qué diferencia con Garcilaso A Dafne huyendo de Apolo, A Apolo, siguiendo a Dafne .
Filosófico A Roma sepultada en sus ruinas, Ah de la vida , Fue sueño ayer
Enamorado Amor constante más allá de la muerte
Desenamorado Hastío de un casado al tercero día
Satírico La pobreza, el dinero Poderoso caballero es don Dinero Todas ponemos
Y Lope de Vega vídeo de la biografía de Lope de Vega
Soy un fue, y un será, y un es cansado.
¿Cómo he llegado a este deterioro,
Amarilis? El verso de mi enemigo me retrata ahora mejor que cualquiera de los
míos. Recordándote ciega y loca, pero siempre tan bella, me doy cuenta de cómo
el mundo nos hace sufrir para que podamos disfrutar juntos en el cielo.
Ahora, tan cansado y viejo, me pongo a
recordar y me veo con 16 años acostándome con mi prima segunda María, Marfisa
en mis versos, con la que tuve dos hijos, sin padre conocido, pues yo no me
hice cargo, locura de juventud.
Entonces
salí huyendo detrás de Elena Osorio, Filis, a la que con 19 años seduje, aunque
estaba casada y a la que su padre lio con el sobrino de un cardenal, para que
le pagara la casa que yo no podía pagar. Por ponerla en coplas me desterraron y
me fui a Valencia, pero ya había raptado a mi
primera esposa, Isabel, mi
Belisa, con la que tuve hijos,
aunque casi nunca estaba con ella. Por huir de las responsabilidades de casado,
me llegué a embarcar en la Armada Invencible, qué tiempos aquellos de soldado.
Pero también ella se murió, como estoy haciendo yo ahora.
Viudo ya y en la corte me encamé con
otra viuda, con escándalo general de la nobleza y el populacho, pero nunca me
importó lo que dijeran los demás, qué guapa era la viuda Antonia Trillo y qué
poco duré con ella.
Por
segunda vez me casé, esta vez con Juana
de Guardo, tranquila, sosegada, que me daba el calor de hogar, pero no
aguantaba yo mucho la tranquilidad
rápidamente se me cruzó una
actriz, Micaela Luján, la Camila Lucinda de mis poemas, guapa entre las guapas
y le puse casa y le fui haciendo hijos al mismo tiempo que los tenía en mi
matrimonio y el escándalo de todo Madrid
era notorio, tanto como que yo firmaba con la M de Micaela delante de mi firma,
pues estaba de moda exponer el amor en la firma. Nunca fui muy discreto, es la
pura verdad.
Las dos murieron casi a la vez y pensé
que era por culpa de todos mis pecados, fue una crisis tan grande y sincera que
me hice sacerdote para nunca estar más con una mujer, pero la carne es débil y
cuando vi a la actriz Jerónima de Burgos le escribí La dama boba en el teatro y otras cosas en la cama. Duró poco el
amorío como el que tuve con Lucía de San Pedro, dos noches y un hijo en común,
todo esto me llevaba a tener muchos
remordimientos después.
Pero con Marta de Nevares fue distinto,
mi Amarilis, ella 25 años, rubia, ojos azules, con toda la vida por delante y
todos los nobles de Madrid detrás y se vino a enamorar de mí, un sacerdote,
cargado de hijos y con 54 años. Nuestra hija Antonia Clara nació con el
apellido de su marido que vivía en Perú y que nunca más volvió, supongo que
avisado de que no podía pasar por las puertas de la cornamenta que llevaba. Cuán
feliz fui y cuán desgraciado cuando Antonia me hizo lo que yo había hecho antes
al padre de Isabel, se fugó con su amante y me dejó en esta inmensa soledad
tras la enfermedad y muerte de Marta.
Y aquí estoy en esta noche en que
presiento la postrera sombra, recordando mi larga y azarosa vida y me doy
cuenta del deterioro que hace el tiempo y el amor desproporcionado que he
disfrutado:
huir el rostro al
claro desengaño,
beber veneno por
licor süave,
olvidar el
provecho, amar el daño;
creer que un cielo
en un infierno cabe,
dar la vida y el
alma a un desengaño;
esto es amor,
quien lo probó lo sabe.
José Luis Álvarez
Cubero
Abril 2019
filosófico A mis soledades voyenamorado Suelta mi manso, mayoral extraño De pechos sobre una torre Desmayarse,atreverse, estar furioso Lo que hiciera Paris si viera a Juana Es la mujer del hombre lo más bueno
religioso Pastor que con tus silbos amorosos ¿Qué tengo yo que mi amistad procuras?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.